En febrero de 2016 Donald Trump regaló un titular populista que el alarmismo universal adquirió a precio de saldo: si salía elegido presidente, como finalmente ocurrió, Estados Unidos construiría un muro en la frontera con México que se encargaría de costear el país vecino. Tres años después, la bravata, de impecable destreza mediática, ocupó el espacio que corresponde a las invenciones populistas en campaña: un desmentido. O lo que es peor: una rectificación. Desde que Trump fantaseara con un nuevo muro, más en lo hiperbólico que en lo realizable, no han sido pocas las creaciones que se han valido del caramelo distópico -aunque en realidad ya existe una frontera delimitada físicamente entre ambos países…- para reivindicar un mundo heterogéneo sin líneas rojas. El Pangea del caos. Gigi Saul Guerrero ha hecho su parte con Culture Shock, el capítulo estrella de la serie antológica Into the Dark de Blumhouse. ¿Una frontera de realidad virtual donde los inmigrantes vivieran vidas digitales tan perfectas como anodinas que los disuadieran de invadir el país de destino?
Into the Dark: Todos los capítulos, de PEOR a MEJOR
La visión periférica de Gigi, de hecho una directora elocuentemente prometedora y tan activa que cuesta seguirle la pista -salta de proyecto en proyecto con una agilidad y voracidad de otro mundo-, ha hecho posible esta otra idea en la que es Estados Unidos quien prepara en la frontera una cuartel en el que retener a los inmigrantes y alimentarlos, con la promesa de un nuevo mundo y un mundo mejor, sin que esto pueda generar intranquilidad al patriota estadounidense, libre de mezclarse con los latinos que no desea. Tras el reciente tiroteo en El Paso, esta cuestión ha adquirido una relevancia crítica, aunque Gigi extrapola la enseñanza de Culture Shock al planeta dividido. Elaborada en un desconcertante tono pastel con que el nuevo mundo, sonriente y perfecto, recibe a los inmigrantes que llegan demacrados, sucios y cansados de tonos más oscuros, Culture Shock lleva clavado un 100% de los críticos en Rotten Tomatoes y de ella se ha llegado a decir que es una película imprescindible para cualquier generación. Gigi la ha enseñado en varios festivales (Los Angeles, Chicago, Texas…) donde la recepción positiva ha sido sustancialmente unánime, e incluso llegó a ser ofrecida a Sitges 2019, aunque su emisión en Hulu Latinoamérica la descartó para entrar en la parrilla final.
Culture Shock reúne varios de los temas de la cultura decepcionada: mensaje político, social, vistazo escéptico al futuro, tecnofobia… ¿Cuál es su fortaleza principal?
Siento que el mensaje, o los varios mensajes que proporciona el largometraje son muy muy claros. Pero la fuerza mas grande que tiene la película es que trata un tema internacional, un mensaje no sólo para latinos, o americanos… La película trata de la independencia propia de cada individuo. ¿Qué significa tener un sueño en otro mundo?¿Qué significa dejar tu hogar para perseguir algo mejor? ¿El sueño americano? Esta película no pudo realizarse en un mejor momento, cuando cineastas como yo no tenemos miedo a contar historias reales, con temas importantes, fuertes, incómodos. ¡Me emociona mucho ser parte de esta nueva generación de cine de terror latinoamericano!
En Culture Shock propones un mundo de VR como alternativa al muro en la frontera entre EE.UU. y México. ¿Es más potente como metáfora o como potencial idea para un futuro…?
¡Los dos! Al principio simplemente era una metáfora, pero durante los días de rodaje fue muy duro ver en las noticias el injusto tratamiento hacia los hispanos en la frontera de EE.UU. ¡No lo podría creer! Así que sentí que lo que estamos filmando como futuro literalmente ya es el presente… Horrible. Sentí que era mi responsabilidad como directora no tener miedo en hablar de la verdad y cómo me siento dentro de la película.
¿Cómo surge esta oportunidad de trabajar para Blumhouse en algo tan ambicioso como la antología Into the Dark?
¡Estoy feliz por la oportunidad! Fue totalmente uno de esos momentos de right time, right place: Blumhouse fue la primera junta general en Los Angeles que me consiguieron mis nuevos agentes. En ese momento me comentaron que estaban buscando a un nuevo director para la película de Culture Shock -antes tenía otro nombre- y yo grité: ¡necesitan a una mexicana! (risas) Ya de ahí tuve la oportunidad de hacer mi presentación y prepararme para competir. Sentí que éste era el largometraje perfecto para mí. De donde yo vengo, mi experiencia como emigrante encajaba totalmente la voz que necesitaba este historia.
Ni has cumplido los 30 y ya destacas en un género en el que la mujer da cada vez pasos más firmes: ¿es femenino el futuro del terror?
Sí. Y más que nada, el futuro del terror pasa por seguir creciendo para ser de los géneros más importantes, para lo cual a su vez necesita voces frescas y nuevas. Las mujeres vamos tomando más reconocimiento y riesgos con las historias que contamos y que están llegando a producirse.
Tu terror es ciertamente complejo y siempre esconde una cara B: se te ha llegado a comparar con ídolos de la nueva hornada de slow horror como Ari Aster, Robert Eggers o Jordan Peele. ¿Os consolidaréis?
¡Gracias por la comparación! (risas) Siento que sí…. Esta nueva ola está ayudando a que el género sea tomado más en cuenta, sea más apreciado. Las historias que ahora contamos son más personales, nos unen como comunidad y nos mantienen alerta dentro del mundo en que vivimos. Gracias a cineastas como ellos reconocemos más las historias de terror como películas de alta calidad, algo esencial para el género.

Halloween, Muñeco Diabólico, Scream… Parece que estamos empeñados en enseñar a toda una nueva generación qué fue el género de los 80-90. ¿Qué hacemos con los remakes?
No tengo nada contra ellos si llegan a ser buenas películas y sobre todo nuevas interpretaciones. No me gusta cuando los hacen por tener la versión americana. ¿sabes? Una historia original siempre tendrá un lugar especial en mi corazón, pero por suerte hemos visto muchos buenos remakes recientemente. Me encantó Suspiria y por supuesto IT, ¡no puedo esperar a ver la segunda parte!
Como es lógico llevas tu México en cada cosa que haces, ¿cómo de fuerte es el vínculo con tu trabajo?
Para mí siempre ha sido importante representar mis raíces en todo lo que pueda. Me encanta ser mexicana, me llena de orgullo. Una historia como Culture Shock no sería igual sin un director mexicano, las sensibilidades y pequeños detalles de la historia necesitan una autenticidad especial. Desde el idioma hasta el vestuario, todo tuvo su propósito.
¿Por qué es México tan buen semillero en el que inspirar buen cine de terror?
México tiene una cultura colorida y muy rica, llena de tradiciones y leyendas inolvidables. La experiencia de nacer y crecer en México tiene mucho valor desde pequeño, enseguida nuestros abuelitos nos cuentan historias de miedo para que nos portemos bien, nos introducen en el género. Y desde chiquitos crecemos con ese lado oscuro, muy espiritual. Por eso estoy segura de que ser mexicana me da una ventaja y perspectiva diferentes para contar historias de terror.
Si la realidad siempre supera la ficción, ¿por qué seguir haciendo cine?
Nunca podremos escapar de la realidad, pero la ficción sí nos da esa esperanza de poder superar nuestros miedos. Una imaginación desbordante, sin límites.
¿Qué viene ahora para Gigi?
Ahora trabajo en varios y grandes proyectos gracias sobre todo a la gran acogida de Culture Shock. Lo máximo que puedo contar de momento es que Blumhouse y yo anunciaremos nuevos proyectos y que mi equipo en Vancouver, Luchagore Productions, también tiene atados grandes planes de futuro…