Sobre el bloque compacto que acabó siendo el Manchester United la temporada pasada, la idea de José Mourinho ha llevado a incidir en el eje vertical del equipo con tres jugadores a tres alturas diferentes –Matic, el asentamiento de Mkhitaryan en la mediapunta y Lukaku– que potencian todos los puntos fuertes sobre los que está levantando a su equipo. El fichaje de Matic parecía que venía a completar un triángulo en mediocampo con Ander Herrera y Pogba. El centrocampista español había sido la piedra angular de un equipo que necesitaba imperiosamente jugadores determinantes que capitalizaran en resultados el juego del equipo. Es decir, futbolistas de primer nivel que sin balón no penalizaran con errores individuales todo lo bueno que traía la asimilación de la idea colectiva –el cómo tengo que defender en función de cómo me atacan, de la calidad del rival y del contexto del partido– y que en ataque permitieran ejecutar ataques posicionales poco elaborados, rápidos y verticales –que se apoyaran en los centros laterales y el juego directo sobre un delantero de referencia–, y contragolpes vertiginosos.
RELACIONADO: ¡Tú otra vez!
Y si parecía que Matic sólo era un gran complemento y no el tipo que venía a adueñarse del equipo como así ha sucedido desde el minuto uno, era porque desde que tocara techo en 2014 precisamente con Mourinho, había carecido de esa fiabilidad prolongada en el tiempo que exige ser bandera de un trasatlántico. Que Matic haya emergido en todo su esplendor permite a Mourinho jugar con solo dos hombres en la medular, utilizando al serbio como sostén de todo el ataque –su radio de acción a la hora de anticipar, hacer coberturas y ofrecer ayudas es amplísimo– y redefiniendo a su compañero en el doble pivote como un centrocampista alto, fuerte y con gol, con permiso para descolgarse, que gane duelos aéreos, recoja segundas jugadas, intimide en el área y sume a balón parado. El tipo en cuestión es Pogba, Fellaini es el perfil más parecido para sustituirle y Ander Herrera queda como el gran damnificado. El equipo pierde fluidez con balón sin Ander, pero Mourinho no quiere ataques muy machacados, sino encontrar lo más rápido posible el pecho de Lukaku, la diagonal a banda o progresar por los costados mediante apoyos interiores de un trío de mediapuntas muy dinámicos –que tienden al centro para liberarles el carril a unos laterales que funcionan como chinchetas en los extremos–, capaces todos tanto de meter una pelota al espacio como de atacar dicho vacío a la espalda de la defensa.
No importa tanto el éxito en primera instancia de estas jugadas, sino en lo que desembocan. El United elige donde perder el balón y esa es la mejor defensa posible. Un circuito de pases simple y la consigna de enviar balones en largo a las referencias marcadas a la mínima complicación funcionan como medidas para minimizar pérdidas de balón en zonas de riesgo. Una vez se decide el duelo aéreo en el último tercio del campo, o se gana la segunda jugada o se inicia una presión intensa y posicional que, sin meter el pie, busca provocar el error del rival para robar y acabar la jugada a todo trapo. Ante la salida de balón rival la presión será idéntica, modificando la altura del bloque según conviene pero asfixiando de la misma manera: cerrando líneas de pase y obligando al rival a jugar atrás, rifar un pelotazo o arrastrarlo a la desesperación cuando su plan es progresar por el suelo.
Presión posicional del ManU: tapar líneas de pase, no meter el pie. Provocar el error del rival orientándolo hacia el lugar que le interesa. pic.twitter.com/3jAqPl8Rcs
— Alberto Egea (@esttoper) 19 de septiembre de 2017
Cuando el United roba busca a Lukaku, que está entendiendo perfectamente cuándo correr a la espalda de la defensa y cuándo acudir a balón para activar a las balas que vienen de cara. El juego de espaldas del belga mejora día a día y su capacidad natural para atacar espacios eleva el nivel de las contras a dónde no alcanzaba el físico actual de Ibrahimovic.
En su sociedad con Mkhitaryan pueden estar las posibilidades del United este año. El armenio es el único imprescindible de la línea de mediapuntas por ser puro Mourinho: precisión a alta velocidad. Conducciones con la pelota cosida al pie, regate y lucidez para meter pases de primeras que rompen defensas rivales, además de ser un pateador excelente en las jugadas a balón parado. Y aquí viene otra carta ganadora de Mourinho, que le está desatascando partidos ásperos en los que el rival se cierra bien o la pelota no quiere entrar. Así rompió los partidos ante Swansea y Leicester, mató con el 2-0 ante West Ham y Basilea o igualó su duelo ante el Stoke –partido que pudo ganar en el descuento precisamente de un córner que acaba en un paradón de Butland–. Con Mkhitaryan como pateador diestro y Blind y Mata como pateadores zurdos, las cabezas de Matic, Pogba, Bailly, Lukaku o Fellaini se convierten en un arma competitiva decisiva tanto para sumar esos puntos que decantan ligas como en clave Champions.
De igual forma que Mourinho ha tenido claro en este inicio de campaña cuáles son sus jugadores indispensables y cuál su sistema (4-2-3-1) cuando su equipo debe tomar la iniciativa, todo ha cambiado en los dos partidos que esto no ha sido tan claro: ante el Real Madrid y en el partido a domicilio ante el Stoke City (dónde las transiciones con Jesé, Shaqiri y Choupo-Moting hicieron mucho daño). Ahí emerge la figura de Ander Herrera, que ha sido titular en ambos como interior derecho de un 5-3-1-1 y un 4-3-3 respectivamente.
Con Ander, Mourinho gana calidad técnica y táctica por el activo que supone en la recuperación de balón
Con Ander, Mourinho gana calidad técnica y táctica por el activo que supone en la recuperación de balón, tanto por sus cualidades defensivas como dificultando la presión tras pérdida del rival por lo fiable que resulta en el pase de seguridad tras robo y en su instinto para ofrecer siempre una línea de pase al compañero que roba. Por eso, a día de hoy, Ander parece ser una pieza mucho más importante para partidos gordos donde el equipo ceda el balón, que para partidos rutinarios donde el United debe mandar. La mejor muestra es que precisamente en el partido ante el Stoke donde Mourinho buscó inicialmente priorizar el control, Ander fue sustituido por Martial para pasar al 4-2-3-1 (minuto 70) en sí que el portugués se decidió a ir a por el partido.
Este sólo ha sido el itinerario inicial de un equipo que puede crecer por infinitos caminos. La plantilla dispone de muchos perfiles distintos que le dan margen de maniobra a Mourinho para que el juego del Manchester vaya virando hacia otros matices a lo largo de la temporada, algo que favorecerá la imprevisibilidad del equipo y dejará espacio seguro para que la calidad de Ander acabe haciéndose un sitio en el once con regularidad. De momento, la lesión de Pogba puede servirle de trampolín. Como siempre, Mourinho no tiene reparos en utilizar a sus jugadores de acuerdo a lo útiles que son de acuerdo a su idea y al momento en que se encuentran, haciéndoles entender que la temporada es muy larga y que lo importante es la calidad de los minutos que juegan y no la cantidad. Y Ander Herrera es demasiado maduro como para tener que explicarle dos veces algo que no es más que puro fútbol.
Muy bueno Alberto, contigo cada día aprendemos algo nuevo