No por esperada deja de ser importante la confirmación de que el cineasta francoargentino Gaspar Noé volverá a Sitges tras conquistar el festival el pasado año con Climax, producción en la que para variar no intentó contentar a nadie logrando el efecto contrario: llevarse a todos a su círculo. Noé enseñará en Sitges 2019 su último trabajo, Lux Æterna, un mediometraje netamente visual que se estrenó en Cannes explorando miedos, urgencias y resistencia física del público. Lux Æterna pasa por un mockumentary que explica la turbulenta relación, de poder y puramente profesional, entre actores y directores (Karl Glusman, Charlotte Gainsbourg, Béatrice Dalle…) que miden fuerzas hasta desgarrarse en pantalla. Como en Climax, Noé suma a Lux Æterna toda la reflexión sobre la industria, su carácter absorbente y cómo puede llegar a desquiciar, cuando no directamente a pudrir, a las personas que participan de ella. De hecho, tras Cannes fueron no pocos los medios que hablaron de Lux Æterna como una obra «autoparódica» y «autorreferencial», lo que da además una medida de cómo está afrontando el director este tramo de su vida.
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Sin embargo, más allá de toda la reflexión que pudiera sonsacar Lux Æterna a la audiencia, lo más comentado en Cannes fueron los minutos alucinógenos en los que la película simboliza la caída al vacío y el desprendimiento de actores y directores de sus vidas. Cuando en el primer pase los invitados vieron un equipo de paramédicos a la entrada, pensaron que sería únicamente atrezzo y marketing: nada más lejos. En uno de sus tramos, la película gira hacia una primera persona febril, vibrante y colorida que pierde el contacto con la realidad, se balancea y es aturdida con destellos, sirenas y zumbidos. Tal fue el impacto en el público -y las críticas inmediatas- que hubo quien, como Eric Khon (IndieWire) echó en falta un «seizure warning» antes de la proyección. Otras fueron igualmente generosas: «alucinación colectiva» o «casi una tortura literal» fueron algunas de las más sonadas, aunque ninguna como la que comparó Lux Æterna con Climax, «un paseo por el parque en comparación». Eso sí, aunque hubo abandonos, el público recibió la película con aplausos masivos -otro distintivo de las creaciones de Gaspar Noé-.
#Sitges2019 Gaspar Noé regresa con Lux Æterna tras ganar el año pasado el premio a Mejor Película con CLIMAX tuitéaloEn España, los que pudieron estar en Cannes coincidieron en definirla como «aquelarre» o «delirio», respondiendo la primera a la cuestión de que la película en curso que se graba en la ficción durante Lux Æterna es a su vez una sobre la caza de brujas. Independientemente de la reacción y considerando el poco respeto que Noé parece tenerle a lo convencional, es de esperar que Sitges 2019 reciba con los brazos abiertos al director de la última Mejor Película del festival, donde se ha consagrado como uno de los nombres para la leyenda. Se estrenó en 1998 con I Stand Alone, nominada a esa misma categoría y ganadora en la de Mejor Guion: hace diez años (2009) presentó Enter the void, que ganó el Premio Especial del Jurado, y repitió seis después (2015) con LOVE antes de coronarse con la mencionada Climax (2018). En la actualidad, y confirmado por la propia productora, Noé desarrolla una versión más larga de Lux Æterna -que a su vez sale de un corto acordado dentro del proyecto SELF de Saint Laurent-, aunque la que se verá en Sitges 2019 será la misma que se proyectó en Cannes.