Cuando llegue el turno de celebrar que 2020 desaparece de nuestra vista, se desplegará ante nosotros un escenario cinematográfico vastísimo e intenso, que cargará la temporada de premios de películas muy especiales. 2019 fue el año de Brad Pitt, Parasite, Joaquin Phoenix o Jojo Rabbit, todas en registros muy diversos. Pero el escenario ha cambiado y probablemente 2021 llegará para reconocer historias de soledad, aislamiento social, viajes a la nada y familias destruidas después de meses en los que oportunamente esto ha sido tónica en una triste mayoría de los rincones de todo el mundo.
Películas como Falling (Viggo Mortensen), El padre (Florian Zeller) o Relic (Natalie Erika James) se recrean en la enfermedad y devastación intrafamiliar; otras como Beggining (Dea Kulumbegashvili) o Saint Maud (Rose Glass) exploran el fanatismo y la metacrítica política de acerada inspiración populista es ya un subgénero al alza como ha quedado demostrado con Bacurau (Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles), que pasó de puntillas por Sitges en 2019 pero que este año ha arracimado legión de admiradores.
La áspera relación entre Saoirse Ronan y Kate Winslet en Ammonite (Francis Lee), el canto al alcoholismo de Another round (Thomas Vinterberg) o la puesta en escena de la italiana Martin Eden (Pietro Marcello) también opositan a película del año con permiso, por qué no, de la última de Pixar (Soul, Pete Docter) o la exótica First Cow de Kelly Reichardt. La que sigue es la lista de las 10 mejores películas del 2020 del periodista Ignacio Montalvo, editor de la página Lost in Film que ya ha posicionado como referencia visual y enciclopédica del cine más intenso e iconoclasta:
ANOTHER ROUND
Thomas Vinterberg y Mads Mikkelsen vuelven a reencontrarse ocho años después de la magnífica La Caza. Y el resultado no podría ser más satisfactorio. Another Round es puro éxtasis, un excepcional trabajo narrativo y visual del director danés. Mikkelsen hace uno de los papeles de su carrera, y Vinterberg demuestra una sensibilidad especial a la hora de retratar la amistad en la edad adulta. El alcohol, la juerga y el desmadre son la premisa. Pero por debajo hay mucho más: humanidad, profundas reflexiones vitales y, sobre todo, un retrato de la amistad y la camaradería de ese grupo de cuarentones sin un rumbo claro en sus vidas verdaderamente emocionante. Another Round no solo es mi película favorita del año. Tiene para mí uno de mis finales más emocionantes del cine reciente.
MARTIN EDEN
Como Another round, Martin Eden nos ha regalado otra de las grandes interpretaciones del año: la del joven Luca Marinelli como el protagonista de esta adaptación cinematográfica del clásico de Jack London que ha adaptado con brillantez el italiano Pietro Marcello. Marinelli asombra con su vibrante y contenida actuación, en la que despliega un impresionante abanico de emociones, gestos y movimientos en los que de principio a fin hace suyo el personaje. Martin Eden es ambiciosa y elegante. El buen gusto está presente en toda la película: desde el diseño de producción a la manera de mover la cámara, el montaje o el vestuario…La cuidada puesta en escena, lo ambicioso de su propuesta narrativa y esa mezcla tan bien llevada de imágenes de archivo con material de ficción, son algunos de los elementos que hacen de Martin Eden una de la grandes revelaciones del año. Desconocía el trabajo previo de su director, Pietro Marcello, pero seguiré muy de cerca su carrera a partir de ahora.
I’M THINKING OF ENDING THINGS
Amada y odiada, incomprendida o sobreanalizada. I’m thinking of ending things, la película escrita y dirigida por Charlie Kaufman, ha sido uno de los grandes estrenos de Netflix en este 2020. El último trabajo del aclamado guionista estadounidense (y, desde hace unos años, también director) no ha dejado indiferente a nadie. Cautivadora desde el minuto uno, aunque entiendo a aquellos a los que no les haya llegado. Es una película difícil. Y no en un sentido narrativo (creo que se entiende lo suficientemente bien si uno presta atención), sino porque es una de esas películas que son difíciles de por sí. La propia naturaleza de la narración no ayuda: tiene un guión complejo y enrevesado, lleno de dobles sentidos, multitud de referencias cinematográficas y literarias (hay easter-eggs para aburrir), saltos espacio-temporales y sorprendentes trucos visuales que pueden desorientar al espectador medio. Es una película que requiere espectadores activos. Pero si uno consigue entrar en ella, el viaje es realmente fascinante.
FIRST COW
Una hermosa película que explora la ambición, la resistencia y los lazos de amistad forjados en circunstancias difíciles. Su estilo tranquilo y calmado logra transmitir la dureza de la vida en la América del siglo XIX y la hermosa naturaleza del continente americano. No ha hecho mucho ruido, pero es de esas películas que ganará prestigio y admiración con el paso del tiempo.
BLOODY NOISE, EMPTY POCKETS
Una maravilla de la no-ficción y una rareza difícil de catalogar. Bloody noise, empty pockets nos sumerge en pequeños fragmentos en el interior de The Roaring 20s, un icónico bar de Las Vegas que está a punto de cerrar sus puertas y donde se reúnen una serie de variopintos y extraordinarios personajes mientras divagan y hablan de la vida, el amor, el sexo o la política estadounidense. Escrita y dirigida por los Hermanos Ross, Bloody noise, empty pockets es una original y emocionante mirada a los bares de carretera como lugares de culto y hermandad donde se forjan lazos familiares entre desconocidos y entre personas que se encuentran en los márgenes de la sociedad.
BACURAU
Original, impredecible, violenta y llena de energía. Bacurau, de Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles, construye un relato del Brasil moderno lleno de metáforas brillantes, mezclando sorprendentemente bien una variedad géneros –western, terror, acción, comedia, drama social o ciencia-ficción- en una historia llena de tensión, locura y surrealismo.
NEVER RARELY SOMETIMES ALWAYS
La gran sensación indie del año. Escrita y dirigida por Eliza Hittman, Never Rarely Sometimes Always es un honesto retrato social de una juventud moderna a la que no se juzga en ningún momento. Con un estilo contemplativo y naturalista que roza el género documental, la película trata temas complejos como el aborto o el acoso sexual con una sutileza y sensibilidad difícil de ver en el cine actual. Una de las pequeñas grandes joyas que he visto este año.
TIME
Un inspirador y poético documental sobre la ausencia, la resistencia, la esperanza y el peso del tiempo en los seres humanos. Construido a través de cientos de horas de video casero grabados durante años mezclado con imágenes del presente, Time, escrita y dirigida por Garrett Bradley, es un poderoso alegato contra el sistema judicial estadounidense y una pieza documental realizada con una gran delicadeza visual.
BEASTIE BOYS STORY
Un escenario, dos artistas (Mike Diamond y Adam Horovitz, dos de los tres miembros fundadores de los Beastie Boys), y Spike Jonze al volante para relatarnos, con un montaje excepcional y un ritmo impecable, la historia de una de las bandas de hip-hop más influyentes de los años 90. Un documental personal, divertido y sincero que no sólo emocionará a los fans de los Beastie Boys.
THE FOURTY-YEAR OLD VERSION
Un fantástico debut cinematográfico de la actriz-guionista-directora Radha Blank, una de las voces más sinceras, originales y frescas de los últimos años, que habla con honestidad del fracaso, la disciplina del proceso creativo o las frustraciones de la edad adulta.
Bonus track: The Last Dance
No podía dejar de incluir en esta lista a la excepcional serie documental de ESPN sobre Michael Jordan y su último año en los Chicago Bulls. The Last Dance me pareció portentosa a todos los niveles (en ritmo narrativo, a nivel emocional, a nivel de montaje, documentación…). Junto a O.J.: Made In América y Making A Murderer, uno de los grandes documentales seriados de las últimas décadas. Y puede abrir un mundo de interesantes posibilidades a explorar con otros equipos o figuras míticas del deporte.
(Introducción por Manuel Mañero)