El que acaba ha sido un año que ha puesto a prueba el cine de terror en la mayoría de sus manifestaciones a debate. Por un lado, ha seguido impactando en el agradecido pozo sin fondo de las sagas, como con las nuevas entregas de Scream, Insidious o Evil Dead; reimaginado títulos como El Exorcista, ampliado la experiencia de nuevos hitos como SAW o La Monja (⎋ leer crítica) y añadido, en proporción variable, títulos originales que fundamentalmente han coronado la taquilla a través de su originalidad, véase el caso de Talk to me o Five nights at Freddy’s (⎋ leer crítica)
Otros como M3GAN, sin el beneplácito total de la crítica, han generado un fandom casi instantáneo, y algunos descubrimientos minúsculos, como The Outwaters (⎋ leer crítica), Malum o Skinamarink han reivindicado la fiereza de lo inesperado. Slashers impactantes, tipo Terrifier 2, The Thanksgiving o The Conference suman arte al body count, mientras que en el lado amable del gran público encontramos títulos que abrazan desacomplejadamente el terror camuflándolo en películas de otro cajón, como ocurre en Muerte en Venecia (⎋ leer crítica) o, de manera más velada, en Dream Scenario o Beau is afraid.
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En un año que ha redescubierto el potencial creativo de directores autóctonos como F. Javier Gutiérrez con La Espera o Caye Casas con La mesita del comedor, otros como Carlota Pereda o Ángel Gómez Hernández han ampliado catálogo con La Ermita o la adaptación de El hombre del saco, respectivamente. Mientras se fragua el advenimiento de un 2024 con títulos de Robert Eggers, Ti West y probablemente también Jordan Peele y Shyamalan, el que sigue es el tradicional repaso ultrasubjetivo, en una jerarquía libérrima y sui generis, a los títulos que más han aportado al género en el felizmente agonizante 2023 que está por acabar:
10 / VHS 85
Scott Derrickson y David Bruckner -que dirige la brillante historia central, Total copy– encabezan la sexta entrega de la antología más emblemática del siglo, levantando el pulso de terror epidérmico algo deslavazado en las anteriores. Todos los segmentos de esta edición mantienen un nivel razonablemente alto, sosteniendo el linaje del found footage premium en una escala respetable.
09 / LA MESITA DEL COMEDOR
Inexplicablemente fuera de la parrilla de Sitges, esta pesadilla de turbidez adulta ha impactado inmediatamente en todos los festivales que la conocieron a posteriori. Segunda película del peculiar Caye Casas, expone el horror espontáneo de la paternidad sobrevenida a un nivel de tensión insoportable que roza en ocasiones las alusiones más efectivas del terror psicológico.
08 / MALUM
Prima lejana de aquella aparición malsana que fue Baskin en 2015, redescubre el trauma a medio resolver de las relaciones familiares y ennegrece el corazón de la experiencia de autorrealización. Inspiradísimo terror real apoyado en creaciones dantescas y resoluciones de una crueldad ascendente, refresco muy oportuno de los tropos ochenteros más despiadados.
07 / RUN RABBIT RUN
El reverso prefiltrado de La mesita del comedor, con una historia de maternidad psicopática vinculada al extremo a esas nuevas sensibilidades de la omnipotencia femenina. Celebrada en Sundance y caída por sorpresa y sin confeti en VOD, exprime el cliché de la salud mental deformadora convirtiendo una pérdida en una obsesión. La película sobre maternidad tóxica de 2023.
06 / THANKSGIVING
La vuelta de Eli Roth plantea una festividad macro-irónica en el linaje de las deconstrucciones sociales, trazando una sucesión de set pieces memorables con algunos de los asesinatos mejor ejecutados en los slashers de los últimos años. Amarga y de una sutil inteligencia, evita conscientemente cualquier amago de estupidez, preservando los mejores argumentos de un subgénero al alza.
05 / NEFARIOUS
Una opera magna que conduce una aparentemente simple historia de posesión a un diálogo poderosísimo entre las fuerzas de cordura. Homenaje a la pura tensión, ofrece al espectador una alternativa al terror moralizante con la abierta caída al abismo de quien niega los impulsos de la maldad genuina, diretes cósmicos aparte. Su último tercio es pura celebración.
04 / LA ESPERA
El folk horror andaluz que soñábamos, drama sobrenatural de cocción lenta que rescata el mejor ritmo de las mejores películas de brujería de la última década. Sujeta en una portentosa interpretación de Víctor Clavijo y con algún que otro homenaje consciente de nivel, aterrizó en el filo del final de año para recobrar el pálido momento del cine español de género, tristemente alejado del foco.
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03 / TERRIFIER 2
Una oda al mal gusto y la perturbación de la industria, reclamo vivo de la necesidad cultural de no abandonar ese terror de látex y amargura disfrutona. El título que más ha contraído los límites de la censura en mucho tiempo, su furiosa acogida y los buenos resultados incluido en España denotan que el fan del género no renuncia a la esencia de la festividad grumosa, por encima de debates.
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02 / SKINAMARINK
La revelación con mayúsculas del año, película definitivamente no apta para cualquiera por muchas razones -y todas ellas correctas- y prueba de que la narrativa de vanguardia empieza a abrirse paso también más allá de las consideraciones expertas. Una recreación viva de un mal sueño, con niños encajonados en un laberinto de abandono literal y acechante.
01 / TALK TO ME
Un prodigio narrativo de una historia esbozada muchas veces antes, pero sin esa ejecución de horror adolescente viciado por la viralidad. El planteamiento en Talk to me, desde su origen -el ecosistema abierto, absorbente y macarra de sus directores- hasta su adaptación al medio cinematográfico -con escenas escritas al segundo para enfatizar el horror- es intergeneracional y describe la adicción juvenil con una pulcritud asombrosa.
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