Justo cuando parecía que el mundo no podría soportar más remakes, reboots, spin offs y demás fast culture de bazar adosada al terror, Sam Raimi sacó a Bruce Campbell de la caverna y juntos convencieron a Lee Cronin para prolongar la experiencia Evil Dead con esta quinta entrega, Evil Dead Rise, que se supone es secuela directa de la tercera original. Y menos mal. Tal es la contundencia del resultado final , que una película que a priori iba de cabeza al maltrato naturalizado del VOD, finalmente sí se estrenará en cines dado el entusiasmo con que la crítica lo recibió tras su premiere en el SXSW. Un entusiasmo, dicho sea de paso, completamente justificado.
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Veníamos de glosar la maravilla del gore semi gratuito de fenómenos como Terrifier 2 y de ese terror extraño que ha elevado a Skinamarink o The Outwaters a experiencias de la nueva ola del género, pero el sensacional trabajo en Evil Dead Rise viene a reivindicar precisamente la consistencia de los refritos que se toman en serio a sí mismos, como recientemente ha pasado también con la saga Scream. Aunque abre con una primera secuencia canon -rematada, eso sí, con una cartela de créditos de título inolvidable-, Evil Dead Rise calienta la historia hasta despedazarla en una orgía alterada y de cuestionable precedente de vísceras, mucha sangre y escenas que desafían al órgano censor de las peores experiencias snuff para pervertir la comodidad del espectador.
Lanzada por una absorbente Alyssa Sutherland en el papel de desgraciada matriarca poseída por el libro de los muertos -convenientemente oculto en un sótano inalcanzable que se abre al exterior vía catástrofe natural-, Evil Dead Rise sumerge el escaso valor de su historia en una sucesión de maniobras a cual más salvaje, muchas por sí solas valedoras de la calificación para mayores y sensiblemente bombeadas por el corazón de la saga. De sobra es conocida la alineación de la trilogía original con lo extraordinario , pero habitualmente cae en el olvido esa notable incorporación que fue la obra de Fede Álvarez en 2013 y que recuperó el sadismo y un descaro infernales para el cóctel familiar de posesiones, alaridos y muertes inesperadas.
Tampoco es que esta nueva entrega se deje por citar muchas de las cumbres de su génesis, entre ellas por supuesto la referencia visual y protagónica de la que ya es la segunda motosierra más célebre de la historia del cine de terror. Hasta en las formas y los dibujos grotescos, que el exigido equipo de maquillaje protésico y el contorsionismo de los especialistas parece alinear con las desequilibradas creaciones de Junji Ito, hay una opción directa de metarreferencia al terror más conceptual, sin que éste pierda de vista un solo segundo cuánto hay de eterno en el universo de Posesión Infernal.
Es más: esta nueva marcianada va tan sobrada que esconde numerosos easter eggs no sólo de entregas anteriores -algunas casi autoparódicas- sino que homenajea a películas icónicas como El Resplandor, Muñeco Diabólico, Al final de la escalera o Pesadilla en Elm Street, todas dolorosamente obvias incluso para los neófitos. Al carrusel mencionado de casquería, jump scares y algunos sobresaltos del estilo when you see it influenciados por el terror fino de creadores como Andy Muschietti o Ari Aster, Evil Dead Rise explota lo que sin duda es la gran fiesta del terror discutiblemente comercial de lo que llevamos de año. Otra excelente noticia que sortea con gracia el cajón de sastre de las plataformas para llevar al cine a todo el que se atreva a poner en juego su resistencia a lo desagradable.
LO MEJOR » Excelente puesta en escena y divertidísimo homenaje al terror gore casi absurdo de toda la saga Evil Dead, con innumerables referencias asociadas
LO PEOR « Sigue latiendo cierta sensación de que el cine de terror va a reventar la polarización entre refritos para nostálgicos y experimentos para consumidores premium