Cuando Stephen King dedicó IT a su hijo Joseph Hillstrom King en 1986, probablemente no presagiaba que la obra acabaría convirtiéndose en referente no ya de su prolífica carrera literaria sino también de cualquiera que se diga seguidor del género de terror. O quizá sí: genios tan resueltos como el de King se permiten sentir sólo después de calcular, y quizá al rubricar esta incomparable novela de culto ya adivinaba cuestiones futuras. Una de ellas, por qué no, que ese niño de 12 años al que nombraba acabara siguiendo sus pasos y dedicándose a la literatura oscura firmando, por aquello de evitar los reflejos, como Joe Hill. IT entró pronto y por méritos propios en la salvaje e imprededible rueda de las adaptaciones de las novelas de King, y acabó en una inefable miniserie en dos capítulos que evitó las salas de cine y aterrizó directamente en televisión en 1990. Los fieles a la historia original, que marchan al unísono, lamentan todavía hoy este error de cálculo: pretender condensar una obra de más de mil páginas (1502 en la edición de Plaza & Janés de 1999) en dos pedazos de producción vaga con, eso sí, Tim Curry en el papel principal de Pennywise, el payaso -al menos en apariencia- que se encarga de sembrar el terror en la oscuridad llevándose a los niños del pueblo y durmiendo a los adultos para que le dejen hacer. Apenas nada de aquella versión, que empeora con los años y resiste especialmente mal la edad, satisfizo a quienes lograron devorar el libro. IT es, por entendernos rápido, un cuento macabro imaginado y planteado a la perfección, con un ritmo excepcional, en un escenario de verdadera pesadilla (Derry) donde el mal ha echado raíces y siempre gana hasta que da, en dos épocas, con la irresponsable valentía de un grupo de niños que primero amaga y después, ya de adultos, se vuelve a reunir para rematar el trabajo de acuerdo a una promesa firmada con sangre.
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La deplorable versión aquella dejó flotando la idea de que a Stephen King se le debía una trabajada, comercial si se prefiere pero a la altura no del libro, que es imposible, sino del relato: por eso cuando en 2009 Warner Bros anunció que trabajaba en un remake -que a todos los efectos tendrá poco de revisión de la cinta anterior- los aficionados al género vitorearon hasta perder la voz. Pese a que el proyecto al principio zozobró –Guillermo del Toro no pudo dirigirla y Cary Fukunaga lo dejó a medias-, Andy Muschietti se hizo cargo a tiempo y lo que pintaba a hecatombe terminó por salir a flote. Tal era la expectación por ver qué pinta tenía el IT de Muschietti que el primer tráiler, lanzado el 29 de marzo de este año, batió récords de visualizaciones en YouTube. La estética al corte, adaptada al cine de terror contemporáneo que controla y sublima el cosmos de James Wan, avivó el hype hasta lo insospechado, de modo que hay quien espera que IT sea uno de los estrenos más taquilleros de 2017. También le atribuyen la opción de que supere el récord de Get Out, la película de terror con mayor recaudación de los últimos 20 años. Pero, ¿está justificada la apuesta por este título o es otro delirio? La complejidad de la novela, altamente adictiva pese a su extensión, plantea innumerables desafíos frente a los que la versión de 1990 naufragó: uno de ellos, su particularísimo ritmo narrativo, a caballo entre dos épocas, así como sus sonadas metáforas y escenas inolvidables descritas en papel, algunas directamente imposibles de llevar a la gran pantalla bajo un gran sello cinematográfico. Aunque se ha decidido que IT lleve clasificación NR-18, son razonables las dudas sobre si Muschietti habrá podido, a la espera de más detalles sobre la segunda parte -como en 1990, el producto sigue sin poderse comprimir en una única obra-, sacar partido a lo peor -que es lo mejor- del trabajo de King. Y de cómo resuelva estos dilemas dependerá, en gran parte, su éxito: no sólo para los lectores, también para quienes se presenten sin prejuicios y necesiten algo mínimamente coherente:
1. HOMOFOBIA Y RACISMO SIN FILTROS
Derry es, sobre todo, un pueblo retrógrado. Es cierto que la primera parte de la obra transcurre a finales de los años 50, pero todavía en la segunda parte (ya cerca de la década de los 90) habitantes y supervivientes de Derry sienten un especial reparo para con homosexuales y vecinos de color. El asesinato de Adrian Mellon en la novela durante el Festival del Canal -obviado en la miniserie- es el punto del partida para la segunda parte de IT, pero nadie lo sospecha porque la represión a los gays es cotidiana. En cuanto al racismo, el principal personaje negro (Mike Hanlon) pasa por numerosos incidentes del estilo -algunos brutales hasta para la época: por ejemplo, el matón Henry Bowers envenena a su perro y después se lo restriega- a los que da explicación cuando su padre le cuenta la historia de la matanza del Blackspot, un local de negros incendiado por la Liga de la Decencia Blanca también frente a la inoperancia de autoridades y opinión pública. En el tráiler de la adaptación de Muschietti hay una escena que muestra a Mike frente al local en llamas, lo cual hace presagiar que al menos en esta ocasión sí habrá referencia explícita al segundo caso.
2. EL SUICIDIO DE STAN URIS
No es necesario explayarse en el final de uno de los siete componentes del Club de los Perdedores (Stan Uris) cuando recibe la llamada de Mike para volver a Derry. Stan, sencillamente, no puede soportar el recuerdo de IT y se corta las venas en la bañera. Sí tiene protagonismo especial de niño, y de hecho una de las escenas más gráficas de la novela -perfilada en la adaptación- es cuando su cabeza cortada se les aparece al resto de sus amigos dentro de una nevera. En la miniserie, es Stan de adulto; en el libro, es Stan de niño. Algo mucho más lúgubre pero poderosamente efectivo en el momento narrativo en que sucede.
3. EL PÁJARO
IT es en realidad un monstruo aparecido del cielo que adopta las formas más adecuadas al terror de cada niño: el payaso es sólo una forma comodín que aterra a todos por igual. En una de sus transformaciones, se presenta a Mike en forma de pájaro gigante con pompones naranjas de disfraz de payaso en la lengua. Lo persigue hasta que Bill Denbrough (líder del grupo) acude a su rescate en su bicicleta (Silver). En la miniserie, sólo hay una mínima referencia -dos planos de Bill huyendo en su bicicleta, pero son Stan en lugar de Mike- sin que la golosa bala del pájaro gigante sea en absoluto aprovechada.
4. EL LEPROSO
Una de las formas más desconcertantes de IT es la del leproso que aparece de debajo de la casa de Neilbolt Street, lugar de reposo del monstruo y escenario donde los niños logran asustarlo la primera vez, llegando a creerlo muerto de forma errada. El leproso se le aparece a uno de los niños, Eddie Kaspbrak, ofreciéndole sexo oral. Aunque esta idea como tal parece difícil de llevar a la gran pantalla -los niños tienen once años en la novela, doce en la miniserie-, sí se sabe que en el remake de Muschietti habrá un leproso, papel que protagonizará el español Javier Botet. Botet ya trabajó anteriormente con Muschietti en la película Mamá.
5. EL MALTRATO A BEVERLY MARSH
El padre de Beverly (Bev), única chica del grupo, la golpea y maltrata como parte de la dinámica que él considera necesaria para la educación de su hija. De hecho, IT se le presenta varias veces con la forma de su padre y hasta parece poseerlo durante un pasaje del libro en el que la persigue por todo el pueblo. Aunque King no va más allá, titila la posibilidad de que Al Marsh incluso abuse sexualmente de Bev, algo que llega a sospechar su propia madre. En la miniserie de 1990, el padre únicamente se ‘limita’ a amenazarla.
6. HUMO EN LOS BARRENS
Uno de los hobbies de los críos en la novela cuando se juntan en Los Barrens -lugar de encuentro y recreo- es fumar tabaco. Aunque la mayoría de ellos lo prueba, la más asidua es precisamente Beverly, quien de adulta es reprendida por este vicio, otra vez a bofetadas, a manos de su pareja (Tom Rogan). Tampoco parece probable que Muschietti dibuje, en la era de las hipersensibilidades, a niños de once años que fuman para pasar el rato, pero esa expresión rebelde sin culpa de los chicos queda descaradamente eliminada de la miniserie, que los presenta mucho más dóciles e inocentes.
7. EL ORIGEN DE ESO (IT)
Eso (IT) es el nombre que desde el comienzo dan los niños al payaso, cuyo origen se explica en un pasaje esencial de la novela. Hasta entonces, pasa únicamente por un monstruo que puede cambiar de forma: pero en una visión inspirada por exposición a un humo provocado en un espacio cerrado, los niños viajan en el tiempo y ven cómo IT cae literalmente del cielo en una nave espacial varios cientos de años atrás. Al final de la novela, algo por supuesto obviado en la adaptación de 1990, Eso (IT) coincide con Otro, entre de diferente naturaleza que los niños visualizan como una tortuga en lo que parece una alegoría religiosa. De hecho, la tortuga ayuda a Bill Denbrough a luchar contra Eso, pereciendo por el camino. Toda esta complejidad, no podía ser de otra forma, quedó fuera de la miniserie pero supondría un salto narrativo espectacular en la adaptación de Muschietti teniendo en cuenta que es, al fin y al cabo, la explicación más detallada que da Stephen King al fenómeno.
8. PATRICK HOCKSTETTER
Sin duda uno de los personajes más oscuros y macabros en el libro, que sin embargo no tiene un solo segundo de gloria en la miniserie de 1990. Patrick pertenece al círculo de Henry, pero su maldad es particular: en el libro, parece más bien sufrir alguna deficiencia mental que King no define. Su muerte en la novela es icónica, pero antes de eso regala dos momentos a cual más perturbador, especialmente difíciles de adaptar. En uno de ellos, se ofrece a masturbar -y masturba- al propio Henry Bowers ante los ojos de Beverly, que permanece escondida de todos para no ser descubierta. En otro, inmediatamente posterior, Patrick va a comprobar una nevera abandonada en el bosque en la que encierra hasta la muerte a perros y gatos robados en el vecindario. En el tráiler del remake de Muschietti al menos aparece su nombre en un cartel colgado en un poste de luz. No es necesario para el desarrollo porque no cumple ningún papel protagonista, pero en buenas manos su personaje podría elevar aún más el de por sí alto grado demencial de la novela.
9. LA CIUDAD REVIENTA
Cuando los protagonistas vuelven a Derry para enfrentarse a Eso, bajan nuevamente a las alcantarillas para darle caza. Como de adultos han perdido la ingenuidad vital que de niños plantearon especial batalla al ente, la lucha es mucho más equilibrada, dificultosa y sangrienta. Eso, también renqueante, intenta escapar en varias formas hasta que por fin les encara. Mientras tanto, esta portentosa lucha entre el bien y el mal en el mapa subterráneo de la ciudad desata una rabiosa tormenta que prácticamente destruye la superficie, dejando un buen puñado de muertos a su paso. King narra la escena apocalíptica a la perfección, pero ésta volvió a desprenderse de la adaptación televisiva, derrochando su potencial fuerza visual. Además, la guerra que en el libro ocupa casi trescientas páginas apenas dura cinco minutos de la primera película, una tomadura de pelo histórica que Muschietti tendrá que replantearse -aunque es carne de segunda entrega- si realmente pretenda pasar a la historia.
10. AMOR Y DESEO
Decididamente, uno de los imposibles para Muschietti y cualquiera que pretenda ser lo más fiel posible a la novela. Muy al final de la misma, para intentar escapar de las alcantarillas en las que se han perdido, todos los niños hacen el amor de uno en uno con Beverly, a la que desvirgan. La propia Beverly es la que se presta al rito ante la incredulidad de sus compañeros, que casi acceden a regañadientes y sin saber muy bien qué hacer ni cómo. Pese a lo delicado -y accesorio- de la escena, King se recrea describiendo incluso tamaños de atributos, orgasmos y procedimientos. Es uno de los cortes más asombrosos de la novela y nadie querría siquiera sugerir su adaptación a la gran pantalla, pese a que se ha conjeturado que Muschietti podría resolverlo con una ronda de besos, abrazos o cualquier otra acción mucho más sutil que al final, como ocurre en el libro, lograra sacar a los muchachos de las alcantarillas una vez espantado Eso. Ni qué decir tiene que este momento no está ni insinuado en la miniserie.