De cafés feministas y cervezas libres

Elegimos el único día de mayo que diluvió en Madrid. Incluso a los devotos de la fotografía superficial en blanco y negro les habría venido grande esa imagen de Lavapiés anegado pero igualmente en marcha, aun colapsado por el agua, como otra pieza del frío engranaje capitalino. Ninguno de los dos llegó tarde a la cita en el local ‘La Mala Mujer’ (Mesón de Paredes, 76), pero acudimos desde lados distintos. Ro de la Torre, una de las fundadoras de la web Locas del Coño, se aparece con lo que más tarde yo le definiría como «la capucha del anonimato»: una que le cubría casi completamente la cara. Descubrí su proyecto en febrero, cuando saltaron a los medios por criticar el «sexismo benevolente» de Alejandro Sanz al afear la conducta a un hombre con su pareja durante un concierto en México. Salí a preguntar porque no podía creer en la mayoría de las cosas que les leí, como esta delirante guía para no ser un violador.

El punto de encuentro feminista, elegido por la propia Ro, estaba ocupado en ese momento por una de las habituales actividades que organizan o cobijan, por lo que en busca de las menos trabas acústicas posibles a la charla, corrimos a otro lugar y dimos, bajo la tormenta («¿Quieres que bajemos al metro a comprar un paraguas?», me ofreció) con una cafetería en cuya dirección y nombre no reparé. Pedimos un café -con leche de soja ella; cortado yo- que duró la hora y media de charla que grabé y que luego, off the record, se prolongó entre cervezas libres (una Medea y una Loba) en el primer local. Pero ya no llovía.


La Mala Mujer
Algunas de las actividades que se han celebrado en La Mala Mujer

Cada una de las fundadoras de Locas del Coño (LdC) viene de un sitio distinto. ¿Qué os ha puesto tan en común en la distancia?

Nos conocimos en internet, en foros feministas y demás. Empiezas a darte likes en Facebook y terminas con él petado de feministas. Escribí un texto sin mayor intención que el de ponerlo en mi muro, pero tuvo una repercusión terrible y empezaron a reunirse en torno a mí con que hiciera un blog, que el texto estaba genial, pero no me atrevía. Al final fue Jessica Fillol la que me presionó más con la idea de hacer el blog, un blog colaborativo y el mismo día que acepté nos reunimos seis.

A partir de un solo post.

Sí, a partir de algo que escribí en Facebook y se convirtió en viral: ‘Qué niña tan bonita’.

Entonces os atacaron la web. ¿Quién fue? ¿Denunciasteis?

La abrimos en noviembre y el ataque más serio que tuvimos fue en febrero. Mientras entretenían a Lidia (Infante) y Jessica en redes sociales alguien aprovechó para tumbar la página, y lo hizo dejando un solo mensaje: ‘Feminazi’. Perdimos contenido y su recuperación nos llevó más de una semana de trabajo. Duele, porque no deja de ser tuyo, un espacio seguro que has hecho con ilusión y que se cargan entero. Tuvimos que reconstruirlo con piezas sueltas que quedaban, sobre todo Lidia y Jessica, estuvieron trabajando las pobres… y nosotras alrededor sin saber hacer nada, porque yo no tengo idea de informática. Fue fastidiado.

Te brillan los ojos…

Es que me daba mucha rabia no poder ayudarlas.

¿Hay un desencadenante para ese ataque? ¿Qué lleva a alguien a tomarse esa molestia?

Hemos crecido muy rápido, ha sido impresionante. El primer post, el que lo abre todo, ya lo habían denunciado y retirado de Facebook por incumplir la normativa. Ese día concretamente sacamos otro por el que después pedimos disculpas. Era el primero en el que probábamos una herramienta de test, en el que dieras la respuesta que dieras te salía que eras un machirulo porque las respuestas estaban mal conectadas. Era la primera vez que lo usábamos y salió como el culo. A raíz de eso, que linkaron en un montón de sitios, nos tiraron la web.

Hacéis selección de comentarios, permitís cierto debate pero lo redirigís mucho. Es decir, se exprese como se exprese una voz discordante, no tiene razón nunca.

La forma que tenemos de elegir los comentarios funciona así: para empezar, no sale ninguno ofensivo. Y de eso me encargo yo muy concretamente. Pero luego algunas de las que escriben piden filtros concretos. El concepto del blog es que es nuestro y nos lo follamos cuando queremos. De hecho escribí un texto al respecto que se llama locas del coño y es por algo, es como mi coño. Es mío. Obviamente yo quiero que haya debate, en mis posts suelo ser más abierta incluso a cosas terribles. Las permito. Pero hay gente a la que le duele mucho más lo que leen y no tienen por qué leerlo.

El blog es nuestro y nos lo follamos cuando queremos (…) Es como mi coño. Es mío

Parece que cuanto más delicadamente te expliques, peor. ¿Os molesta más la condescendencia que el insulto puro?

Siempre hay cosas que duelen más. Nosotras como feministas estamos acostumbradas a que nos llamen de todo: putas, zorras, feminazis, malfolladas, lesbianas (como si fuera un insulto…) nos da igual. Pero a veces cuando es una persona que intenta explicarte que el neomachismo tiene razón y de verdad se lo cree… Que no es odio, que realmente cree en ello, con la cabeza fría. Eso duele. Cree con la cabeza fría en algo que nos mata.

Es, en definitiva, trataros de tontas.

Sí, y eso duele.

¿Y la raíz de eso dónde está? El no lo entendéis, el yo lo explico, etcétera.

Bueno, eso es el mansplaining más absoluto, la raíz es la idea de que lo que preocupa a las mujeres es irrelevante. Es cotidiano. Si a un hombre, a ti o a ti mismo les dices que tiene que pasar el día con las amigas de su novia… pfff. ¿En serio, todo chicas? ¿De qué van a hablar, de moda, de zapatos? La sensación es que va a ser una charla completamente intrascendente. Luego está el argumentario neomachista: esto hace 20 años tenía sentido, cómo puedes hablar de feminismo si hay gente que se muere en el Mediterráneo…

Pasa también todo, ¿no? Los últimos atentados, por ejemplo. ¿Cómo puedes solidarizarte con Bélgica y no con Lahore?

Sí, es que pasa con todo. Cada uno elige su lucha.

Has dicho que cada autora tiene sus filtros. Habla bien de la libertad dentro del entorno, pero he visto que no hace mucho habéis tenido problemas entre vosotras.

Sí, de hecho estamos de vacaciones ahora mismo.

Problemas entre vosotras. ¿De qué tipo?

Este es un trabajo muy duro en el que recibes mucho, te vapulean a nivel emocional, y no está remunerado. No dejamos de ser un grupo de mujeres que nos conocimos por internet. Yo he desarrollado un nexo que no tengo con personas que conozco desde que nací, pero trabajamos juntas y eso genera roces, muchísimos, y hemos llegado a un punto en el que eso acaba explotando. Hubo un momento en el que pequeñas rencillas que pudiera haber en su momento, ahora duelen.

¿Cómo es posible que una web tan joven, lanzada con tanto optimismo, pare por rencillas entre sus creadoras? Suena a diferencias importantes, de las que no se arreglan con un abrazo.

Creo que un abrazo sí lo arreglaría. El problema es que no nos vemos. Yo sólo conozco en persona a Jessica y a Gisela. El resto no las he visto, no he podido abrazarlas ni acariciarlas ni tomarme una cerveza con ellas. El feminismo no es igual para todas y en muchas cosas no estamos de acuerdo. Todo eso no importaba antes, pero ahora sí porque son seis meses acumulando. Lidia, que estudia psicología, dice que en los seis primeros meses de un grupo de trabajo hay un golpe que decide si el grupo continua o no. Por un lado somos amigas y nos queremos con locura, que acabara sería terrible.

Pero si acabara, ¿qué? ¿Cada una por su lado?

Supongo que sí, no lo hemos pensado. Tampoco podemos evitar muchas veces el patriarcado, el machismo, que también lo tenemos nosotras y lo hemos empleado contra otras. Yo he tenido algún momento de más liderazgo, respondes mal, respondes peor…

¿Te sale solo el liderazgo?

A mí sí. Eso me ha generado problemas toda la vida.

Estás reconociendo un porcentaje de patriarcado y machismo en tu ADN. ¿Qué otros problemas te organiza ser una mujer líder o con carácter fuera de un entorno feminista?

Precisamente ser una mujer líder y con carácter es lo que ha hecho una mujer feminista, pero en un espacio feminista tienes que intentar bajar eso. Yo estoy al frente de todo siempre, y eso me genera para empezar, desgaste. Y para seguir, muchos problemas, porque estar al frente significa comerte tú la mierda. Pero cuando entras en una asociación feminista, el feminismo no es sólo feminismo, probablemente también pueda ser anticapitalismo, antirracismo, etcétera, porque es transfeminismo, y tienes que dejarlo de lado porque una de las opresiones es que hablen siempre los mismos. Cuando el espacio es no mixto tienes que dejar que las mujeres que hablan menos se expresen.

Ser una mujer líder me ha hecho feminista, pero en un espacio feminista tienes que intentar bajar eso

¿Hay feministas que desempeñen roles de hombres dentro del debate feminista?

Sí.

¿Sin saberlo?

Sí.

¿Y quién les corrige eso? ¿Quién es la matriarca suprema? A mí me sorprende que atribuyáis los problemas entre vosotras al patriarcado.

Bueno, una feminista puede ser patriarcal. De hecho, dudo que en este universo exista alguien que no lo sea. Vivimos en una sociedad patriarcal y es lo que mamas, es imposible quitártelo entero.

¿Estás abierta a que un día aparezca una feminista más pura que corrija tus errores como feminista y te enseñe a ser más feminista, menos patriarcal?

Hostia, esa frase está súper mal. A ver, yo estoy abierta a revisarme. Si a mí una mujer feminista me dice: corta, eso es patriarcal… Creo que lo más importante que me ha enseñado el feminismo es a echarme atrás. A mí me metió mi hermana, es como mi mentora: recuerdo millones de discusiones en las que yo negaba el feminismo y ella me decía: mira, ya lo entenderás si quieres, y si no ya está. Hostia, y ahora lo entiendo: y pensar que he tardado más de un año en entender por qué se llama feminismo, hace que cualquier cosa que me puedan decir la tenga que guardar para luego. El feminismo no deja de ser una escalada, y podría entenderlo dentro de un año.

Todos tenemos derecho a evolucionar, no creo que eso sea un problema. Sí veo más problema afrontar algo, en base muy respetable, desde la agresividad. Percibo mucha hostilidad en vuestros textos y en vuestra manera de defenderlos. ¿Esa hostilidad es natural o un envoltorio para hacer más accesible el producto?

Cualquiera diría que con esa hostilidad no ganamos nada, de hecho todos dicen que el feminismo es demasiado agresivo, que debería ir con buenas formas y tal. Cuando empezamos con el blog, no te voy a engañar, yo tenía problemas con esa hostilidad: no todas somos iguales, no todas somos tan hostiles. Yo prefería que fuéramos mucho más neutras, pero hubo una cosa que también me enseñó el blog: ejercer o adquirir un tono de voz más agresivo, más violento, es también un derecho nuestro que también nos ha sido arrebatado. La que quiera usarlo puede. Y la revisión del tono, no seré yo quien la haga. Nosotras vivimos una guerra constante, darte cuenta de que eres el género oprimido es jodido. Vivo mi vida rodeada de hombres que quieren explicarme las cosas, que van a llegar más lejos que yo aunque sepa el doble que ellos. Si estoy enfadada por eso, pues lo estoy. Y ya está.

Feminism
Foto: Flickr

No es la web un foro de instrucción, no queréis desempeñar una función didáctica, enseñar nada, de hecho pedís a la gente que vaya enseñada, que busque en otros sitios. ¿Por qué?

No lo sé, ha salido así. En principio iba a ser un blog personal, luego surgió la idea colaborativa pero con la misma idea de escribir lo que sentíamos y pensábamos cada una. No somos feministas teóricas, ni perfectas ni las mejores feministas del mundo. Pero mientras ningún post sea ofensivo ni contenga capacitismo, homofobia… cualquier mujer puede decir lo que quiera allí.

¿Es interpretable el capacitismo?

No.

¿Qué lo es dentro del feminismo? ¿Qué puede estar más sujeto a revisión, cuál puede ser su columna teórica más alejada hoy en día de la realidad global?

Porque cuando un hombre o una mujer rebaten el feminismo es sota, caballo y rey.

Sí…

Pero os habéis inventado sota A, sota B, sota C, sota D, caballo A, caballo B… Da la sensación de que sales perdiendo digas lo que digas, siempre. Yo no tengo la culpa de haber nacido hombre pero tengo que asumir una culpa por ello.

Más que cómo me digas las cosas, para nosotras lo más importante es qué intención tengas cuando me las dices. Si me dices algo con la intención de escuchar estoy dispuesta a responder, el problema es que quien viene, viene a explicarnos a nosotras qué es el feminismo, no a preguntarnos lo que es. También puedo debatir, pero con feministas. En el feminismo hay mucho debate porque es una corriente ideológica y como tal está en continuo movimiento, pero debatiré con feministas. Con alguien que realmente se lo esté planteando. De verdad.

Porque no crees que alguien que no sea feminista pueda enriquecer tu debate.

No, puede enriquecerlo, pero cuando llegas a cierto punto de feminismo… yo llevo años deconstruyéndome, años preguntándome sobre todo, el amor romántico, la heteronormatividad, el transfeminismo… estoy empezando ahora con el especismo. Todo es una evolución. Discutir con alguien que ha leído la palabra feminismo en Wikipedia es tener que explicarle varios años de evolución propia y es complicado, aunque estoy dispuesta a hacerlo.

Y yo, feminista o no, tengo que asumir una culpa ya de inicio. Como hombre.

Hum… Tienes que asumir, como hombre, que has nacido en la opresión. Igual que un rico no puede decir que es igual que un pobre. No, chato. No. Y en este mundo capitalista en el que se supone que tus esfuerzos son proporcionales a tu recompensa… Mentira. Se supone que si te esfuerzas mucho vas a ser directivo de Repsol. Enhorabuena, chato. Mentira. ¿Por qué? Porque aunque te esfuerces el doble o el triple que un rico, él va a llegar más alto. ¿Por qué? Porque fue a mejores colegios, tuvo mejor educación, pudo viajar, estudiar inglés, y tú tenías que comer. Tú has nacido rico y yo he nacido pobre. ¿Es tu culpa? Bueno, no. Tú no pediste polla al nacer, a ti te la dieron. Has nacido en el bando opresor y eso significa muchas cosas. Significa que hay cosas que yo te voy a explicar que tú solo vas a poder asumir. Porque hay opresiones que yo vivo día a día y que a ti te cuesta imaginar.

Tú no pediste polla al nacer, te la dieron. Has nacido en el bando opresor

Sé todo lo sincera que puedas. Desde que nos hemos visto, ¿he hecho algo que tú consideraras machista, patriarcal, te he oprimido de alguna manera?

No.

¿Y qué he hecho bien?

Ser una persona.

¿Tiene fin el feminismo? ¿Cuándo llegará el día en el que digáis: chicas, ya no hace falta ser feminista?

Lo veo súper lejos.

¿Asumimos que debe haber una relación de dominación?

No. Ese será el día en el que acabe la masculinidad.

Cuando habláis de opresores parece más algo reactivo a una situación natural con la que estáis a disgusto: es decir, que preferiríais oprimir vosotras.

Hombre, el objetivo del feminismo es la igualdad, de toda la vida. Pero a mí me encantaría que el mundo fuera femenino en lugar de masculino.

¿Qué cambiaría en el día a día?

Mira, no quiere decir que fuéramos más mujeres o que ocupáramos puestos mayores. Quiere decir que se renunciase a la masculinidad que nos enseñan. El rol femenino de la sociedad está centrado completamente en los cuidados, desde pequeñas. Nuestros juguetes son juguetes a los que cuidar, proteger, amar. Una mujer ama, sin medida, a todo, al universo. Un hombre no: Un hombre pelea, tiene que ser fuerte para proteger a las demás: tiene que hablar alto, se le tiene que escuchar, y nosotras tenemos que ser sumisas. Prefiero mil veces un mundo de sumisos que un mundo competitivo.

¿Quién mandaría en un mundo sumiso?

Existen líderes feministas, existen lideresas. ¿A ti te parece que Ada Colau o Manuela Carmena sean masculinas? No se expresan desde el grito, desde la guerra, sino desde la serenidad, el respeto. Estamos rodeadas de tíos que gritan para hacerse oír por encima de otros tíos y que no nos escuchan porque están ocupados haciéndose oír por encima de otros tíos. El día que no haga falta el feminismo será el día que acabe la masculinidad hegemónica, que te obliga a ser duro, fuerte, violento, agresivo…

Asumes entonces que llevas patriarcado y machismo en la sangre. Igual no es un problema de hombres sino de seres humanos.

Es que no es un problema de los hombres, es un problema de la sociedad. Hemos conducido a la sociedad hacia el poder del más fuerte, sea el más fuerte o el que más levante la voz o más haya podido estudiar. Todo lo asignado al rol femenino ha de estar apartado de la sociedad, los cuidados ni se pagan ni se retribuyen de ninguna forma, ni se tienen en cuenta para nada. Y sin eso nos caemos. Sin guerras te aseguro que podemos vivir, pero no sin cuidados. Y sin embargo la guerra, la competición, es el centro de esta sociedad. Eso es el patriarcado y eso yo lo llevo dentro. Y lo llevas tú. Nos han educado en ello y la única forma de quitárnoslo poco a poco es revisarse.

Parece un debate muy local. ¿Cómo le metes mano al feminismo en el mundo subdesarrollado?

Callándome la boca. Yo soy una feminista blanca.

Luchas contra el patriarcado y la opresión en Europa. No puedes hablar del machismo africano, asiático… ¿Quiénes hablan por ellas?

Ellas. Que me corten la cabeza el día que vaya yo a un lugar donde sufren opresiones en las que yo soy opresora a explicarles cómo tienen que hacer su lucha. Yo, como cismujer blanca no puedo decirle al mundo trans cómo tiene que hacer su lucha, no puedo decirle a las mujeres negras o latinas o musulmanas cómo hacer su lucha. No puedo. Ellas sufren opresiones de las que yo formo parte, por cierto. Sólo puedo callarme, escuchar e intentar deconstruir la opresión que se ejerce sobre ellas.

Deconstruir.

Sí. La sociedad nos construye de una forma y la única manera de salir es deconstruir.

Que es como deshacer un puzzle y revisar las piezas una a una.

Elegir cuáles quitas, cuáles cambias… y sobre todo tener presentes qué piezas hay porque incluso alguna que dejaste descubres que tiene restos de patriarcado, de racismo… Yo me he dado cuenta de mi racismo hace muy poco.

Entramos en el debate de apropiarnos del lenguaje ajeno y darle otros significados. Sudacas, negratas… se lo llaman entre ellos, pero nosotros no podemos.

No. Volviendo al feminismo, nosotras podemos hacer chistes machistas, llamarnos feminazis y lo que queramos. Pero no nuestros opresores. Sería como si un rico viniera aquí a burlarse de los pobres: no tiene gracia porque no has vivido mi opresión y no tienes ni idea de lo que implica lo que estás diciendo. Pero yo sí puedo hacer chistes de pobres y creo que eso lo entendemos todos. No puede venir un hombre a hacer chistes sobre que nos asesinan. Porque no es gracioso.

¿Y una mujer sí puede?

Será ofensivo, lo discutiremos, pero sigue hablando de su propia opresión. Ella la entiende.

No sé en qué términos puede reírse alguien de un asesinato.

Nadie se puede reír de que nos matan. Nosotras nos reímos de muchas cosas, además estamos en la sociedad española que convierte todo en chiste. Y sí, nos podemos reír. Incluso… mira, esto me pasa porque tendría que estar fregando, ¿sabes? Podemos hacer chistes machistas porque nosotras sabemos lo que queremos decir con ellos y a lo que nos estamos refiriendo.

Quizá apropiaros de lo que os hace daño sea un acierto a nivel marketing, ¿no? Tomar lo ofensivo, darle la vuelta (desde el mismo nombre de la web) y acercárselo al mundo con ese envoltorio.

Al final es que resulta que te insultan cuando tú estás segura de que estás haciéndolo bien. Los insultos concretamente suele ser lo que sale cuando ya no quedan argumentos. Feminazi sale cuando se queda corto feminista. A lo mejor asociar un movimiento igualitario con el Holocausto judío es pasarse. Nosotras nos reímos de todo, pero ojo. Nos lo quedamos, lo ridiculizamos y nos lo apropiamos desde el otro lado.

A nivel medios de comunicación, ¿qué es lo más insoportable? ¿Lo que peor se hace, o más pasa desapercibido?

¿En medios? La tendencia esa a que las mujeres aparezcan muertas. No son víctimas: son alguien que va y aparece muerta. Eso es, para mí, lo más bestia. Este año nos hemos estrenado en feminicidios con uno que ocurrió en mi portal: y en el periódico, la mujer aparece muerta. Es mentira. La policía tiró su puerta abajo, no apareció muerta: la asesinaron. Pero a las mujeres no nos asesinan.

¿Y la presunción de inocencia?

Puedes decir que ha sido asesinada sin decir quién ha sido, ¿eh? Lo cortés no quita lo valiente. Puedes decir que ha sido asesinada presuntamente por no sé quién.

Los titulares al menos se desvanecen. ¿Qué hay del modelo, de las actitudes, de la hipersensibilidad de que no pueda criticarse a una mujer periodista sin que te llamen machista o envidioso? ¿Por qué la mujer siempre parece una intrusa?

Lo primero, la mujer es una intrusa siempre. Luego está lo de la figura pública visible: que el hombre pueda ser como quiera pero la mujer tenga que estar siempre buenísima respecto a los cánones. La mujer para cuadrar tiene que hacerse un poco más tonta.

Pero eso no pasa en prensa escrita.

No, porque la escritura es algo mucho más solitario. Pero cuando vas a trabajar en un equipo que además estará mayoritariamente formado por hombres, tiene que haber dos tús: una, la que demuestra el doble de lo que vale. Y otra, la que tiene que hacerse un poco más tonta en el día a día. Accesible. Nunca una competidora. Porque los hombres, o te follan o te joden. Una mujer no es compañera: es posible amante. O la que hace la paridad en la plantilla. Una mujer que compite es agresiva. Es tan sencillo como ver que todas las mujeres presentan sonriendo y los hombres no, que las mujeres están buenas, delgadas… y los hombres no. Y ahora en los telediarios empieza a haber mujeres que llevan la misma máscara que los tíos. Pero ve a cualquier otro programa, que eso ya no es así: la tía tiene que ser vivaracha, alegre, maja, y no dar mucho por culo.

¿Y ese no es un rol que asuma la mujer?

Sí, es el único que podemos asumir.

Muchas veces se dice eso de «Nadie le ha puesto una pistola en la cabeza para que enseñe las tetas». ¿Es una verdad a medias?

Hay cosas peores que una pistola en la cabeza. Cuando yo he ido a manifestaciones en las que sabía que se iba a liar no me importaba tanto que me pegaran: yo estoy dispuesta a aguantar el dolor físico, no tengo ningún problema. O que me encierren. ¿Pero y si me ponen una multa, la tengo que pagar y no tengo para pagarme la matrícula? Eso jode más. Yo estoy dispuesta a aguantar una pistola en la cabeza. Pero primero; la violencia económica puede doler mucho más, que te quedes sin trabajo si no lo haces puede fastidiar más que una pistola en la cabeza. Con la pistola en la cabeza lo haces y te piras y tienes claro que has salvado tu vida. Pero cuando lo haces por dinero siempre hay una parte de ti que se pregunta si no podrías haberlo hecho de otra forma.

La violencia económica puede doler mucho más que aguantar ‘una pistola en la cabeza’

O ganar dinero de otra forma.

¿Pero por qué tiene que tomar una mujer una decisión que un hombre no tiene que tomar? ¿Yo ya tengo el trabajo que quiero y ahora lo pongo en peligro porque no quiero enseñar las tetas? A nosotras también nos educan para usar nuestro cuerpo.

¿Alguna vez has usado tu cuerpo a tu favor?

Sí.

¿Aun a sabiendas de que es una herramienta del patriarcado?

Sí. Yo he usado mi cuerpo para caer bien, para hacerme un hueco en un grupo de amigos… pero también para salvarme la vida.

¿Para salvarte la vida?

Sí. Una vez que me estaban amenazando y dejé que me violaran para que no me hicieran nada peor.

Cada una en la web ha pasado por un trauma del estilo. Es como siempre debiera haber un punto de partida casi traumático para tomarte el feminismo como una lucha real y no como un juego. Porque también habrá mucho feminismo postural, bienqueda, cool… ¿Cómo se llama a eso?

Eso no es feminismo. Que una persona se declare feminista es el machirulo de izquierdas, ¿sabes lo que te digo?

O de derechas.

Hombre, si se declara feminista seguramente sea de izquierdas.

¿Yo te parezco de derechas?

No he hablado lo suficiente contigo.

¿Y te parezco feminista?

No he hablado lo suficiente contigo.

Pero he nacido con el patriarcado: he entrado a esta entrevista con ciertas etiquetas para ti. ¿Hay alguna manera de quitármelas, moldearlas, deconstruirlas…?

Hay pocas cosas que cambiar en el prejuicio. Yo te había citado en un punto feminista por algo: porque me estoy citando a solas con un hombre que no conozco. Tú de origen eres un potencial agresor. Tal cual.

Pero yo no he agredido nunca a nadie.

Ya. ¿Imaginas lo jodido que es vivir pensando eso siempre? Estar rodeada de potenciales agresores.

¿Sabes a qué me recuerda? A cuando hace años te cruzabas de acera cuando veías alguien de color.

No tiene nada que ver, eh. En mi caso es la reacción que tengo yo hacia una persona que está en el bando de los opresores. Tú lo estás relacionando con la reacción que tenían los opresores con las personas a las que oprimían.

Por miedo, desconocimiento…

Ya, pero yo no actúo así por miedo o desconocimiento sino por exceso de conocimiento. Ninguna siente que se tiene que proteger de los hombres hasta que se la lían. Yo no te conozco, pero conozco la sociedad en la que te has criado. Tampoco hablamos de miedo, sino de visión, de autodefensa. Hemos quedado en un sitio público y aun así he venido sola. Había buscado un sitio en el que en caso de que me agredieras –que no me parecía en absoluto probable- o que la conversación se torciera, sentirme más apoyada. A nosotras también nos entrenan para aguantar lo que el otro quiera que aguantes, escuchar a la voz que te dice que algo no te gusta no es tan fácil.

Vosotras que tanto poder tenéis en las redes, ¿nunca habéis pensado en variar el tono para que neófitos que llegan a vosotras aprendan mejor? O sencillamente para que os tomen más en serio. ¿Tú te has autocensurado?

Sí. El no digas eso así, tía no escribas eso, eso es palabrota, así no te van a entender… eso sí, ocurre. Y por detrás, la voz que ha aprendido a entrenar: ‘¡Es el patriarcado!’. Cuando siento que no debería decir algo, se lo paso a mis compañeras. Porque la autocensura es patriarcal. Y ejercer mi derecho a decir las cosas como me sale del coño es feminismo. Es una parte de la lucha, acostumbrar a la gente a que cada mujer habla como quiere, y no como quieran ellos. Por otro lado: sí, me preocupa si la gente nos va a entender o no y luego me acuerdo de que esto no nació para hacer pedagogía. Hay muchas otras páginas que hacen feminismo desde otros puntos de vista, más combativo, más teórico: Proyecto Kahlo, Pikara Magazine, tal vez con una intención más pedagógica, y luego tienes a Barbijaputa, que es una tía…

¿Una tía o un tío?

Ella dice ser una tía. No voy a poner eso yo en duda, ¿no? Además he escuchado su voz y es una tía. Es más combativa, más irónica y también está bien.

Es un personaje.

Cada uno hace las cosas como quiere, y en nuestro caso nos sale como queremos. Yo tengo textos más irreverentes, otros más graciosos y otros que me llegan más dentro como el de los refugiados, que lo escribí llorando. A veces escribimos con la sensación de estar enfadadas y lo representamos.

Feminismo
Foto: Flickr

Según el artículo que enseña a no ser un violador, todos más o menos lo hemos sido alguna vez. Es muy difícil no haber incurrido alguna vez en algo de lo que contáis.

Sí.

Por ejemplo, si yo veo que mi pareja tuerce el gesto durante una relación y sigo, la estoy violando.

Jode, ¿eh?

No, no jode porque no me lo tomo en serio. Quiero decir, el término jurídica trasciende estos casos concretos que lleváis al extremo. Elegís mal el término.

El término jurídico me puede comer el coño. Violar es mantener una relación de índole sexual con otra persona sin que consienta. Tal cual. Me da igual que lo condenen o no, creo que a nadie le gusta que le hagan algo que no quiere que le hagan. La sensación de ser violada es una cosa que me han dicho que se produce en partos.

¿Cómo?

En un parto. Con la violencia obstétrica tienes la sensación de ser violada y nadie te está metiendo un pene por ningún sitio. Es una invasión de la intimidad de una persona. Te puedes sentir violado porque alguien se masturbe a tu lado. No es sólo asco, es algo de lo que no has participado. La congoja interior es parte de la violencia. El sexo, para ser consentido, necesita un sí. Incluso ver desnuda a otra persona nos puede molestar, porque nos han enseñado que el cuerpo es privado. ¿Te convierte eso en un violador? Probablemente sí.

En ese mismo artículo, último punto: casos de relación de poder. Un profesor no puede seducir a una alumna, pero sí dejarse seducir. ¿Cómo es eso?

La situación de autoridad el profesor ya la tiene independientemente de si inicia un proceso de seducción. Que lo haga además puede producirte una situación incómoda porque no quieras nada con él o ella: pero además tienes miedo de decirle que no quieres nada porque, ¿y si te echa? ¿Y si te suspende? Siempre te va a suponer un problema. Pero es que además las mujeres tenemos un problema con eso: ya nos cuesta decir que no, y a vosotros entender ese no. Existe una cultura que enseña a los hombres a seguir insistiendo, y yo voy a acabar cediendo porque no quiero que me eches. Tal cual.

Y la subordinada que inicia el contacto, ¿no está jugando también esa baza de la situación de autoridad, asumiéndola y usándola a su favor?

Depende de la persona de autoridad, si tú tienes autoridad y la otra persona no sabes que vas a salir mal parado si la otra persona quiere aprovecharse de ti. Es su decisión.

Patriarchy
Foto: Flickr

Pero puedes despedirme incluso si hacemos algo y no te gusta.

Eso es lo que nos coloca en igualdad de condiciones. Tú me oprimes pero yo en este caso tengo un rango más alto. Me da las herramientas para sentirme un poco más segura. Pero si el subordinado se ofrece, el subordinado lo desea, y si ambos lo desean no hay ningún problema porque no presiona para conseguirlo. La figura de autoridad tiene esa herramienta para presionar.

Aunque no la use de forma consciente.

Pero existe, y eso es lo que jode. Y puedo sentir esa presión sobre mí.

Tú ahora te vas a tu casa. Y mañana al despertar, ¿qué miedos tienes? ¿Qué del mundo real te es más amenazante?

Mis miedos reales pertenecen más a traumas personales. Eso no viene al caso porque no es feminismo ni nada. Y vivo en una sociedad lo suficientemente apartada del machirulado como para no tenerle miedo. Pero sí, las gafas violeta te joden la vida. Ves a un tío espatarrao y se te llevan los demonios, cuando seguramente otro no se habrá dado ni cuenta.

¿Qué supone un tío espatarrao?

Un esparramacho. Los hombres tienden a ocupar todo el espacio siempre. Es horroroso. Vamos a deconstruir eso. Si tu mente controla tu cuerpo para decir lo que estás pensando, al revés también puedes. Si me siento insegura, me encojo. Pues si me abro, empiezo a sentirme segura. Los tíos para generar la sensación de que controlan el mundo se abren de piernas, ocupan dos asientos en el metro. A nosotras nos enseñan las posturas del recato: juntar las piernas, cruzarlas, poner una mano encima de la otra, todo cosas dentro de la vertical de los hombros. No será que los hombres no puedan juntar las piernas: es que no quieren. A través del lenguaje corporal se nos modela para ser la mujer sumisa y el hombre líder.

De cada 10 veces que dices estas cosas a alguien, ¿cuántas tienes la sensación de que no te toma en serio?

¿Todas? Nueve y media.

¿Incluido esta?

No, esta es como el 0,1. Yo tengo la suerte de pertenecer a grupos más abiertos a este tema, gente que tiende a preguntarse cosas. Pero cuando voy a una fiesta o así, es muy rara la ocasión en la que alguien me ha preguntado por saber y no para discutir, los que quieren hacer de abogado del diablo. Bueno, pues vete a tomar por culo con el diablo, es un tema que hacen que nos maten, no tienes ni idea de lo que estás defendiendo.

¿Y habéis pensado en asumir esa parte de responsabilidad?

Sí… No insistiendo tanto. Yo no puedo controlar cómo reacciona la gente, no puedo conseguir que la gente cambie. Y eso es algo que hay que asumir. Puedo cambiar yo la forma de tomármelo, cuánto me afecta.

¿Cómo te ves dentro de quince años?

Qué buena pregunta. Lo tenía todo muy claro hasta que llegó el feminismo a mi vida, cada vez me alejo más de lo que quería antes.

¿Y qué querías antes?

Yo soy aparejadora. Me imaginaba como una aparejadora de éxito, de obra en obra, ganando dinero a espuertas. El sueño capitalista. Ahora mis sueños me llevan por otros derroteros, para empezar en futuros más cercanos. Pienso a una distancia más corta. Sé que me quiero ir a Idomeni o Katsikas, y sé que todo eso me aleja del sueño original. Pero es que ya no me interesa. Puedo suponer cómo estaré, pero no es una meta.

¿Y cómo supones que estarás?

Mira, puedo suponer que tendré hijos, porque es algo que me apetece. Y una moto.

¿Moto?

Sí. Y ya está. Hijos y moto.

Ojalá podáis daros ese abrazo sororo y arreglar las diferencias.

Ya están arregladas.

¿Vais a volver a la acción?

Sí. Ya estamos ahí.


El hilo musical de la cafetería, por donde ha pasado mucha gente en hora y media, salta a ‘Hotel California’ al final de la última pregunta. Ro, que ha bordeado las lágrimas en un par de ocasiones, se ofrece a pagar los cafés al final. Que lo lograra -algo intrascendente, ¿no?- quedará como un misterio de resolución libre.

2 comentarios sobre “De cafés feministas y cervezas libres

  1. Se ve que la mala educación reina por algunos foros. Personalmente, suelo alejarme de las personas que únicamente abren la boca para juzgar a los demás desde su punto de vista, las actitudes egoístas son repelentes definición. Mala cosa cuando una persona trata de imponer sus ideales sin atender a razones ni escuchar otras opiniones.

  2. felicidades, muy interesante la entrevista. Quizás la entrevistada podría ser un poco más didáctica o mejor comunicadora

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